WHY WOULD I
HANDLE WITH CARE?
Las armas y las herramientas siempre se pueden distinguir según su uso (destruir hombres o producir bienes).
G. Deleuze y F. Guattari.
A partir de indagaciones sobre violencia y relaciones de poder, abordo problemáticas que se encuentran asociadas a la manera como percibimos el territorio, con el fin de cuestionar y entablar un diálogo sobre procesos decoloniales en torno a la preservación del medio ambiente. En este punto, surgen diversas inquietudes acerca de la manera como la economía global es gestionada a través de sus recursos naturales y los mecanismos implementados para su explotación.
Durante este proceso ha surgido un particular interés por materiales cuyo uso se remonta a tiempos prehistóricos, adquiriendo nuevos valores simbólicos y significados, dado sus nuevas potencialidades en el desarrollo tecnológico. Este es el caso de materias primas como la arcilla y el cobalto, cuya asociación con la cerámica se remonta a civilizaciones antiguas y cuyo valor histórico ha trascendido hasta nuestros días. Las relaciones con estos elementos, se establecen desde sus cualidades, que gravita entre lo frágil y lo perdurable. Estos materiales, pocas veces asociados con los avances tecnológicos, sobresalen especialmente por sus capacidades para la disipación del calor, como en el caso de las lozas cerámicas que recubren los transbordadores espaciales, o el uso del cobalto para estabilizar las cargas de las baterías de los dispositivos electrónicos.
El creciente interés por un cambio de modelo energético que nos libre de los denostados recursos fósiles, nos enfrenta con el dilema de requerir de inmensas cantidades de materias primas, revitalizando la primacía de modelos coloniales y su ambición por explotar zonas ricas en recursos minerales, amparados por ese “avance tecnológico” que contradictoriamente pretende rescatarnos de la presente crisis climática a costa los mismos ecosistemas.
Es aquí donde surge una asociación de imágenes relativas a instrumentos tecnológicos y artefactos bélicos cada vez más comunes, como drones, equipamiento militar, mecanismos autónomos entre otros, que reflejan esa condición propia de los estados coloniales, más aún en épocas en las cuales los nacionalismos impulsan el resurgimiento de grandes imperios. Recreando estos objetos como si fueran de cerámica o porcelana, se busca contrastar dos realidades distintas; por un lado, la de su carga simbólica como elemento disuasivo propios de las dinámicas del poder, para de algún modo trata de camuflar su verdadera naturaleza que, sin embargo, solo pretenden ocultar la fragilidad de esos sistemas sociales políticos y económicos en su intento por imponer su hegemonía.
La propia ocupación colonial es una cuestión de adquisición, de delimitación y de hacerse con el control físico y geográfico: se trata de inscribir sobre el terreno un nuevo conjunto de relaciones sociales y espaciales. La inscripción de nuevas relaciones espaciales («territorialización») consiste finalmente en producir líneas de demarcación y de jerarquías, de zonas y enclaves; el cuestionamiento de la propiedad; la clasificación de personas según diferentes categorías; la extracción de recursos y, finalmente, la producción de una amplia reserva de imaginarios culturales. (Mbembe, 2011 p 43) Mbembe, A. (2011). Necropolitica (Melusina (ed.)).
De esta manera, este proyecto artístico alude a las relaciones que se establecen desde el poder, enmascarado en nuevos códigos comunicacionales, entre algoritmos e “inteligencia artificial”, donde un constante estado de alerta, direcciona los focos de atención para alejar la mirada de los nuevos impulsos coloniales.